viernes 2 de enero de 2009
EL FARMACO QUE CURA DEL TODO NO ES RENTABLE
Muchas de las enfermedades que hoy son crónicas tienen cura pero para los laboratorios farmacéuticos no es rentable curarlas del todo, los poderes políticos lo saben, pero los laboratorios compran su silencio financiando sus campañas electorales.
Entrevista al Premio Nóbel de medicina Richard J. Roberts (foto)
Por Lluís Amiguet - La Vanguardia
Tengo 63 años: lo peor de hacerte mayor es que das por seguras demasiadas verdades: es cuando necesitas nuevas preguntas. Nací en Derby: mi padre mecánico me regaló un juego de química… Y aún me divierte jugar. Casado, cuatro hijos; uno, tetrapléjico por un accidente, me anima a seguir investigando. Participo en el Campus Excelencia
-¿La investigación se puede planificar?
- Si yo fuera ministro de Ciencia, buscaría a gente entusiasta con
proyectos
interesantes; les daría el dinero justo para que no pudieran hacer nada
más que
investigar y les dejaría trabajar diez años para sorprendernos.
- Parece una buena política.
- Se suele creer que, para llegar muy lejos, tienes que apoyar la
investigación
básica; pero si quieres resultados más inmediatos y rentables, debes
apostar por
la aplicada…
- ¿Y no es así?
- A menudo, los descubrimientos más rentables se han hecho a partir de
preguntas
muy básicas. Así nació la gigantesca y billonaria industria biotech
estadounidense para la que trabajo.- ¿Cómo nació?
- La biotecnología surgió cuando gente apasionada se empezó a preguntar
si
podría clonar genes y empezó a estudiarlos y a intentar purificarlos.-
Toda una
aventura.
- Sí, pero nadie esperaba hacerse rico con esas preguntas. Era difícil
obtener
fondos para investigar las respuestas hasta que Nixon lanzó la guerra
contra el
cáncer en 1971. - ¿Fue científicamente productiva?
- Permitió, con una enorme cantidad de fondos públicos, mucha
investigación,
como la mía, que no servía directamente contra el cáncer, pero fue útil
para
entender los mecanismos que permiten la vida. - ¿Qué descubrió usted?
- Phillip Allen Sharp y yo fuimos premiados por el descubrimiento de los
intrones en el ADN eucariótico y el mecanismo de gen splicing (empalme
de
genes). - ¿Para qué sirvió?
- Ese descubrimiento permitió entender cómo funciona el ADN y, sin
embargo, sólo
tiene una relación indirecta con el cáncer.- ¿Qué modelo de
investigación le
parece más eficaz, el estadounidense o el europeo?
- Es obvio que el estadounidense, en el que toma parte activa el capital
privado, es mucho más eficiente. Tómese por ejemplo el espectacular
avance de la
industria informática, donde es el dinero privado el que financia la
investigación básica y aplicada, pero respecto a la industria de la
salud… Tengo
mis reservas.
- Le escucho.
- La investigación en la salud humana no puede depender tan sólo de su
rentabilidad económica. Lo que es bueno para los dividendos de las
empresas no
siempre es bueno para las personas.
- Explíquese.
- La industria farmacéutica quiere servir a los mercados de capital… -
Como
cualquier otra industria. - Es que no es cualquier otra industria:
estamos
hablando de nuestra salud y nuestras vidas y las de nuestros hijos y
millones de
seres humanos.
- Pero si son rentables, investigarán mejor.
- Si sólo piensas en los beneficios, dejas de preocuparte por servir a
los seres
humanos. - Por ejemplo…
- He comprobado como en algunos casos los investigadores dependientes de
fondos
privados hubieran descubierto medicinas muy eficaces que hubieran
acabado por
completo con una enfermedad… - ¿Y por qué dejan de investigar?
- Porque las farmacéuticas a menudo no están tan interesadas en curarle a
usted
como en sacarle dinero, así que esa investigación, de repente, es
desviada hacia
el descubrimiento de medicinas que no curan del todo, sino que
cronifican la
enfermedad y le hacen experimentar una mejoría que desaparece cuando
deja de
tomar el medicamento.
- Es una grave acusación.
- Pues es habitual que las farmacéuticas estén interesadas en líneas de
investigación no para curar sino sólo para cronificar dolencias con
medicamentos
cronificadores mucho más rentables que los que curan del todo y de una
vez para
siempre. Y no tiene más que seguir el análisis financiero de la
industria
farmacológica y comprobará lo que digo.
- Hay dividendos que matan.
- Por eso le decía que la salud no puede ser un mercado más ni puede
entenderse
tan sólo como un medio para ganar dinero. Y por eso creo que el modelo
europeo
mixto de capital público y privado es menos fácil que propicie ese tipo
de
abusos. - ¿Un ejemplo de esos abusos?
- Se han dejado de investigar antibióticos porque son demasiado
efectivos y
curaban del todo. Como no se han desarrollado nuevos antibióticos, los
microorganismos infecciosos se han vuelto resistentes y hoy la
tuberculosis, que
en mi niñez había sido derrotada, está resurgiendo y ha matado este año
pasado a
un millón de personas.
- ¿No me habla usted del Tercer Mundo?
- Ése es otro triste capítulo: apenas se investigan las enfermedades
tercermundistas, porque los medicamentos que las combatirían no serían
rentables. Pero yo le estoy hablando de nuestro Primer Mundo: la
medicina que
cura del todo no es rentable y por eso no investigan en ella.
- ¿Los políticos no intervienen?
- No se haga ilusiones: en nuestro sistema, los políticos son meros
empleados de
los grandes capitales, que invierten lo necesario para que salgan
elegidos sus
chicos, y si no salen, compran a los que son elegidos.
- De todo habrá.
-Al capital sólo le interesa multiplicarse. Casi todos los políticos - y
sé de
lo que hablo- dependen descaradamente de esas multinacionales
farmacéuticas que
financian sus campañas. Lo demás son palabras…
Biografía de Richard J. Roberts
Ghislaine Lanctôt ha ejercido la Medicina durante 27 años. Ahora no
ejerce…
aunque quisiera.
¿El motivo? Hace ocho años la retiraron la licencia de médico. ¿Por qué?
Por
publicar el libro La mafia médica .
¿Y qué contiene? Una descripción exhaustiva del "sistema de
enfermedad"-y no
sanitario- que actualmente existe.
La autora acabó sus estudios de Medicina en 1967, una época en la que
-como ella
misma confiesa- estaba convencida de que la Medicina era extraordinaria y
de que
antes del final del siglo XX se tendría lo necesario para curar
cualquier
enfermedad. Sólo que esa primera ilusión fue apagándose hasta
extinguirse. ….Y
llego pronto a la conclusión de que las medicinas no agresivas son más
eficaces,
más baratas y, encima, tienen menores efectos secundarios. ….Por otra
parte,
como médico había participado en muchos congresos internacionales -en
algunos
como ponente- y" me di cuenta de que todas las presentaciones y
ponencias que
aparecen en tales eventos están controladas y requieren obligatoriamente
ser
primero aceptadas por el "comité científico" organizador del congreso.
- ¿Y quién designa a ese comité científico?
Pues generalmente quien financia el evento: la industria
farmacéutica.¡Hoy son
las multinacionales las que deciden, hasta qué se enseña a los futuros
médicos
en las facultades y qué se publica y expone en los congresos de
medicina! El
control es absoluto. Darme cuenta del control y de la manipulación a la
que
están sometidos los médicos -y los futuros médicos, es decir, los
estudiantes-
me hizo entender claramente que la Medicina es, ante todo, un negocio.
La Medicina está hoy controlada por los seguros -públicos o privados, da
igual-
porque en cuanto alguien tiene un seguro pierde el control sobre el tipo
de
medicina al que accede. Ya no puede elegir. Es más, los Seguros
determinan
incluso el precio de cada tratamiento y las terapias que se van a
practicar. Y
es que si miramos detrás de las compañías de seguros o de la seguridad
social…
encontramos lo mismo.- ¿Y cómo ganar más?
Pues haciendo que la gente esté enferma… porque las personas sanas no
generan
ingresos. La estrategia consiste, en suma, en tener enfermos crónicos
que tengan
que consumir todo tipo de productos paliativos, es decir, para tratar
sólo
síntomas; pero nunca fármacos que puedan resolver una dolencia. El
llamado
sistema sanitario es en realidad un sistema de enfermedad. Se practica
una
medicina de la enfermedad y no de la salud. Se trata de un sistema que
mantiene
al paciente en la ignorancia y la dependencia, y al que se estimula para
que
consuma fármacos de todo tipo.
-¿Y qué papel juega el médico en esa mafia?
El médico es -muchas veces de forma inconsciente, es verdad- la correa
de
transmisión de la gran industria. Durante los 5 a 10 años que pasa en la
Facultad de Medicina el sistema se encarga de inculcarle unos
determinados
conocimientos y de cerrarle los ojos a otras posibilidades. Se enseña
que el
médico no debe implicarse emocionalmente y que es una especie "dios" de
la
salud. Se trata de una medicina que además sólo reconoce lo que se ve,
se toca o
se mide y niega toda conexión entre las emociones, el pensamiento, la
conciencia
y el estado de salud del físico. Y cuando se la importuna con algún
problema de
ese tipo le cuelga la etiqueta de "enfermedad psicosomática" al paciente
y le
envía a casa tras recetarle pastillas para los nervios. -Salvo en lo que
a
cirugía se refiere, los antibióticos y algunas pocas cosas más, como los
modernos medios de diagnóstico, solo se trabaja en síntomas.
-¿Quiénes integran, a su juicio, la "mafia médica"?
A diferentes escalas y con distintas implicaciones, por supuesto, la
industria
farmacéutica, las autoridades políticas, los grandes laboratorios, los
hospitales, las compañías aseguradoras, las Agencias del Medicamento,
los
colegios de médicos, los propios médicos, la Organización Mundial de la
Salud
(OMS) -el Ministerio de Sanidad de la ONU- y, por supuesto, el gobierno
mundial
en la sombra del dinero.-Tenemos entendido que para usted la
Organización
Mundial de la Salud es "la mafia de las mafias".
La OMS es la organización que establece, en nombre de la salud, la
"política de
enfermedad" en todos los países. Todo el mundo tiene que obedecer
ciegamente las
directrices de la OMS. No hay escapatoria. De hecho, desde 1977, con la
Declaración de Alma ATA, nadie puede escapar de su control.
-¿En qué consiste esa declaración?
Se trata de una declaración que da a la OMS los medios para establecer
los
criterios y normas internacionales de práctica médica. Se desposeyó así a
los
países de su soberanía. Así es como se han impuesto las vacunas y los
medicamentos a toda la población del globo.
-Una labor que no se cuestiona.
Claro, porque, ¿quién va a osar dudar de las buenas intenciones de la
Organización Mundial de la Salud?
Sin embargo, hay que preguntarse quién controla a su vez esa
organización .
-¿Cree que ni siquiera las organizaciones humanitarias escapan a ese
control?
Por supuesto que no. Las organizaciones humanitarias también dependen de
la ONU,
es decir, del dinero de las subvenciones. Y, por tanto, sus actividades
están
igualmente controladas. Organizaciones como Médicos sin fronteras" creen
que
sirven altruistamente a la gente pero en realidad sirven al dinero y a
las
grandes compañías. Al final es el enfermo es el único que puede curarse.
Nadie
puede hacerlo en su lugar. La autosanación es la única medicina que
cura. La
cuestión es que el sistema trabaja para que olvidemos nuestra condición
de seres
soberanos y nos convirtamos en seres dependientes.
En nuestras manos está pues romper esa esclavitud….
Quién es Ghislaine Lanctôt y su trabajo
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